En medio de un clima político enrarecido y con las encuestas evidenciando una paridad inedia con respecto a las últimas semanas, Clinton buscó nuevamente pasar a la ofensiva para evitar seguir perdiendo terreno en la recta final de la campaña.
La mayoría de las proyecciones políticas, basadas en sondeos estado por estado, redujeron las posibilidades de que Clinton se imponga el martes con comodidad con el mínimo de 270 votos electorales que un candidato a presidente necesita para ser electo.
El magnate reconvertido en político continua ganando terreno en los estados clave, especialmente en Carolina del Norte, New Hampshire u Ohio, donde la media de encuesta que realiza el sitio Real Clear Politics le otorgó este viernes nuevas ventajas a Trump.
El republicano también está recortando la ventaja de Clinton en Pensilvania, un estado por el que ambos candidatos pasaron hoy a hacer campaña, conscientes de que los 20 votos electorales que concede serán vitales para alcanzar los 270 necesarios para proclamarse presidente.
Por su parte, la ex secretaria de Estado cuenta con un ejército de voluntarios, artistas y políticos de alto perfil para movilizar a los votantes y grupos que le podrían dar la ventaja necesaria para obtener victorias, además de en los estados tradicionalmente demócratas en alguno de los llamados estados bisagra.
El declive de Clinton en las encuestas coincidió con la reapertura el viernes pasado de la investigación sobre el uso del servidor de correo privado de Clinton cuando era secretaria de Estado de Barack Obama.
El director del FBI, James Comey, explicó que la fuerza de seguridad federal tomó esa decisión luego de encontrar nuevos emails que reavivaban las sospechas sobre el presunto mal manejo de información secreta.
El anuncio coincidió con el inicio de un repunte en las encuestas de Trump y dio renovados argumentos al magnate para atacar a la ex secretaria de Estado durante sus actos de campaña.
Por eso, la campaña demócrata y la propia Clinton no dudaron en criticar la decisión del FBI de reabrir la investigación tan cerca de los comicios.
En su búsqueda de recuperar la iniciativa y tras pasar los últimos días denunciando el sexismo, la intolerancia y la falta de preparación para la función del magnate republicano, Clinton, de 69 años, arremetió hoy contra el pasado de Trump, su clasismo y su supuesta falta de solidaridad social por no pagar los impuestos correspondientes.
La ex primera dama hizo campaña en Pittsburg, en Pensilvania, y Detroit, en Michigan, y volvió a destacar su experiencia y sus políticas sociales como sus puntos fuertes, al tiempo que recordó que esta elección será histórica y que no se pueden confiar los códigos nucleares de la nación a Trump.
La aspirante demócrata intentó combatir su perfil poco cálido con un nuevo giro, asegurando que ella no da tantos titulares porque escucha: Lo siento por la prensa que me cubre y se aburre. Tienen que explicar por centésima vez que estoy escuchando a la gente.
La campaña de Clinton tiene previsto echar toda la carne en el asador en estados clave con la ayuda de pesos pesados como el matrimonio Obama, el vicepresidente, Joe Biden, quien hoy hizo campaña en Wisconsin y mañana sábado estará en Pensilvania, y el senador progresista y su rival en las primarias demócratas, Bernie Sanders.
Justamente, Barack Obama participó de un acto en Carolina del Norte -Estado clave que en caso de victoria republicana ampliará considerable su opciones de victoria- donde estimó que Trump viola los valores estadounidenses y no está cualificado para ocupar la Casa Blanca.
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