Conforme a los protocolos del caso, la docente tomó conocimiento por parte de su hermanito que la mujer le impedía asistir a clase a su pequeña de 4 años porque supuestamente se portaba mal y la ataba como castigo.
A raíz de ello, hizo la exposición del caso ante los directivos del establecimiento y a los supervisores educativos, dándose participación luego al puesto de salud de esa localidad y desde luego a las autoridades policiales de la jurisdicción.
Tras enterarse de la denuncia, la madre comenzó a amenazar de muerte a la maestra y agredirla verbalmente, extendiendo los agravios hacia el personal directivo.
A raíz de estos hechos reiterados, la docente habría pedido licencia por enfermedad a raíz de esta sitautación, ya que las amenazas se habrían prolongado a través de mensajes de textos.
La directora del establecimiento confirmó la situación existente, revelando además que los hermanitos (el de 7 años) dejaron de asistir a la escuela por propia decisión de los padres, manifestando además que la docente se halla afectada psicológicamente también por las situaciones que debió padecer.
Según se conoció, la Secretaría de Niñez Adolescencia y Familia a través del CAINAF local tomaron intervención en el hecho y estarían manteniendo conversaciones con los progenitores.
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