El coche fúnebre, escoltado por un convoy de vehículos policiales, recorrió las calles de Jerusalén hasta llegar a su destino final, el Monte Herzl, donde están enterrados los grandes de la nación, luego de que el féretro fuera homenajeado el jueves por más de 50.000 personas frente al Parlamento israelí, en Jerusalén.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu; el presidente de Estados Unidos, Barack Obama; el presidente palestino, Mahmud Abbas; y el ex mandatario norteamericano Bill Clinton encabezaron una extensa lista de políticos locales y líderes mundiales que se reunieron en el cementerio nacional de Israel.
En un gesto muy comentado, Abbas se dio la mano con Netanyahu, con quien ha intercambiado duras críticas en los últimos años, y luego siguió los discursos desde la primera fila de asientos de los invitados al funeral de Peres, quien murió el miércoles pasado a los 93 años.
Al tomar la palabra, Netanyahu señaló que lo unió a Peres una fuerte amistad, pese a sus desacuerdos, y resaltó su optimismo, su búsqueda de la paz y su amor por Israel.
No es secreto que fuimos rivales políticos, comentó en un laudatorio discurso en el que hizo hincapié en que en los últimos años se hicieron amigos.
Netanyahu explicó que la linea divisoria entre ambos siempre fue qué debía ir primero, si la seguridad o la paz.
Él venía de la izquierda, yo de la derecha. Yo venía de la derecha y él regresó de la izquierda, subrayó Netanyahu.
Peres abandonó el Partido Laborista que ayudó a fundar para pasarse al centroderechista de Kadima, que encabezó el fallecido ex premier Ariel Sharon.
En el discurso que puso fin a las exequias, Obama comparó al difunto líder con gigantes del siglo XX como Nelson Mandela o la reina Isabel II y exhortó a Israel a retomar el camino de la paz.
Obama rescató el talante conciliador de Peres y dijo que incluso frente a ataques terroristas, pese a repetidas decepciones en la mesa de negociación, insistió en que, como seres humanos, los palestinos debían ser vistos como iguales en dignidad a los judíos y debían ser iguales en su derecho a la autodeterminación.
Por su sentimiento de justicia, su análisis de la seguridad de Israel y su comprensión del significado de Israel, creyó que la idea sionista estaría mejor protegida cuando también los palestinos tuvieran su propio Estado, señaló, informó la agencia de noticias EFE.
Clinton, por su parte, con un kipá en su cabeza y en un emocionado homenaje, describió a Peres como un gran defensor de nuestra humanidad común.