Una vez me escribió un grupo de personas para que muestre más a un determinado personaje en una serie, porque lo amaban. Pero en realidad la participación del personaje tiene sentido si lo necesita la historia y no porque lo piden los fanáticos, explicó a Télam el guionista Ernesto Korovsky.
El autor de telenovelas como Graduados y Educando a Nina, señaló que las redes sociales no determinan la escritura de sus guiones: Uno lo puede tomar como un muestreo de algo que llamó la atención en un episodio, o que gustó o no. Pero no como una medida definitiva.
Sin embargo, hay casos en que los movimientos formados en redes sociales generan repercusión. Como ocurrió en mayo pasado, cuando un grupo numeroso de televidentes de Los Simpsons le solicitaron a Telefé que incluya nuevamente el programa en la grilla de los domingos, a través de campañas distribuidas por Facebook y Twitter.
Pero la cuestión trasciende a las series de televisión: Las redes sociales me hacen reír, patalear, me cuentan cosas que, muchas veces, disparan nuevas historias, resaltó a Télam el escritor Luis Mey, autor de Los abandonados y Las garras del niño inútil, entre otras obras.Si no puedo retroalimentar la escritura desde las redes, directamente le haría caso a esa voz que me dice, antes de escribir, no lo hagas, subrayó Mey, quién calificó a las redes como estéreo de sus propias voces.La cuestión de la cercanía entre el lector y autor la trató el crítico estadounidense, Devin Faraci, en un extenso artículo donde se preguntó qué hubiera pasado si Annie Wilkes (la antagonista de la novela Misery, de Stephen King) hubiese tenido Internet.
Faraci enumeró allí algunos casos donde los fanáticos abordan con duras críticas a guionistas de series, y refirió el caso de Annie Wilkes como insignia en tiempos donde no existía Facebook o Twitter. Por eso, inventó el hashtag #ReviveAMiseryChastain OMuere (#BringBackMisery Cha stainOrDie), como hipótesis de lo que hubiese hecho Wilkes si hubiera tenido Internet (en lugar de secuestrar al escritor).
El citado es un caso extremo correspondiente al conjunto de lo que se denomina trol, definido como la persona que publica en foros o redes sociales mensajes provocadores.