LEY DE REPARACIÓN HISTÓRICA
La decisión del Presidente Mauricio Macri de presentar la Ley de Reparación Histórica a los jubilados es un cambio del modo de ver, pensar y trabajar para los jubilados que -con una vida de trabajo- aportaron a la construcción del país.
Debemos ver. ¿Qué clase de sociedad promete un futuro mejor, si no ve que hay gente que no tiene tiempo para esperar soluciones?. Para los adultos mayores, el tiempo es más corto y más valioso. No pueden sentarse a esperar a que se cumplan los ciclos de la política. En todo caso, es nuestra responsabilidad -la de legisladores y la de quienes asumimos responsabilidades de gestión- encontrar respuestas inmediatas. A ellos no los van a alcanzar las políticas de largo plazo, las que construyen realidades a futuro. Como sociedad y como Estado, poder ver esta realidad nos pone junto al jubilado, a su sentir, a su vida cotidiana.
Esta ley es también un repensar el rol del jubilado en la sociedad. Las leyes previsionales que usaron la plata de los jubilados como caja política o para cubrir déficits del Estado son parte del pasado. Esta iniciativa, en cambio, tiene al sector como protagonista. Reconoce que nuestros adultos mayores son vitales, están sanos y tienen mucho aún por aportar a la comunidad. Que vienen dando un pelea desigual y que mejorar el poder adquisitivo a través de un aumento no es solo una reivindicación histórica, es también dar más oportunidades a una persona que dejó de trabajar pero no de estar activa.
El proyecto nos obliga también a trabajar diferente. Los problemas de algunos sectores exigen perspectivas capaces de generar transformación en poco tiempo, pero sin afectar la sustentabilidad del Estado. Se debe trabajar con rapidez, en coordinación con los distintos poderes y la sociedad. Generar consensos, pensar que detrás de una ley hay personas. Desde el IPS compartimos esta visión y estamos desarrollando herramientas de gestión en ese sentido: bajar el tiempo que se tarda en jubilar un bonaerense, mejorar el sistema interno de tramitación y organizar todo tipo de actividades para que nuestros beneficiarios sientan, cada vez más, el orgullo de ser grandes.
Cambiar la realidad requiere hechos concretos que sirvan de punto de partida. Reconocer una deuda histórica con los jubilados es, en definitiva, decirles a quienes hoy tienen una vida laboral activa, que hay una sociedad que va cuidar y reconocer el esfuerzo que pone cada día.
(Por Christian Gribaudo, Presidente del Instituto de Previsión Social (IPS) para Télam).