EN EL PEOR TIROTEO EN DÉCADAS EN EE.UU.
Una nueva masacre conmocionó ayer a Estados Unidos, luego que un hombre abriera fuego dentro de un boliche gay en Orlando, tomara rehenes y matara a 50 personas e hiriera a unas 53 esta madrugada, en un hecho calificado como un ataque terrorista nacional por las autoridades locales.
Se trata de uno de los tiroteos masivos más sangrientos de la historia reciente en Estados Unidos, un país que ya sumó más de 130 incidentes similares en lo que va del año y unos 325 en 2015, y que se debate constantemente alrededor de la necesidad de imponer controles a la venta de armas.
El atacante, que murió en un tiroteo con la policía dentro del boliche, fue identificado por varios medios locales como Omar Saddiqui Mateen, un ciudadano estadounidense de 29 años, de la ciudad de Port St Lucie, del estado de Florida, ubicada a poco más de 200 kilómetros de Orlando. Según la cadena de noticias CBS, Mateen tiene ascendencia afgana.
Medios estadounidenses, como la cadena de noticias CBS, informaron que Mateen habría llamado al 911 antes del tiroteo y declarado su lealtad al Estado Islámico, la milicia extremista que domina grandes partes de Irak y Siria.
Además, fuentes de seguridad explicaron que el tirador no estaría en la lista de presuntos terroristas, que confecciona Estados Unidos, aunque sí sería un individuo conocido por el FBI, aseguró la emisora CNN.
En medio de la confusión y las versiones encontradas, el gobernador de Florida, Rick Rick Scott, decretó el estado de emergencia (similar al estado de sitio) en Florida y en la ciudad de Orlando para garantizar todos los recursos del Estado de manera inmediata para las fuerzas de seguridad.
Scott fue contundente y aseguró que claramente éste fue un acto de terrorismo.
El FBI, la agencia que se ocupa de los delitos federales como el terrorismo, no confirmó vínculos de Mateen con Afganistán, pero adelantó que están investigando la posibilidad de que el ataque esté relacionado con la violencia islamista.
Por su parte, el agente especial del FBI Ron Hopper pidió a las personas que acudieron al boliche y lo abandonaron antes de que se iniciara el tiroteo que se pongan en contacto con las autoridades para tener más detalles de los sucedido y aseguró que no pueden clasificar este suceso todavía como un crimen de odio o terrorista.
Autoridades políticas, de la policía local y del FBI, responsables de un hospital y un líder de la comunidad musulmana, entre otros, ofrecieron una rueda de prensa para informar sobre la matanza que ha conmocionado a Estados Unidos.
En este momento estamos mirando todos los ángulos. Tenemos evidencia que señala que el individuo (por el atacante) podría tener una inclinación hacia esa ideología en particular, explicó Hopper.