Dos hombres murieron ayer dentro de uno de los edificios del campus de la Universidad de California (UCLA) en un posible asesinato-suicidio, que durante horas fue considerado como un tiroteo que provocó el cierre de toda la zona y el despliegue de numerosas fuerzas de seguridad locales y federales.
En un comunicado difundido en su cuenta de Twitter, el Departamento de Policía de Los Angeles informó que la situación fue contenida y ya es seguro volver a circular por el campus, que volvería a abrir sus puertas en las próximas horas.
Como una medida de excesiva precaución, la búsqueda (de potenciales sospechosos) continuará en el edificio en el que sucedió el incidente, agregó la policía en esa misma red social.
El jefe de la Policía de Los Angeles, Charlie Beck, encabezó personalmente la búsqueda en el campus y, finalmente, comunicó a la prensa que existían evidencias que señalaban a un asesinato-homicidio ya que sus hombres encontraron lo que podría ser una nota suicida.
Tras recibir una denuncia de estudiantes que escucharon tres disparos, a las 10 de la mañana (14 hora argentina), la policía se trasladó al campus y encontraron a dos hombres muertos con heridas de bala dentro de uno de los edificios de la Facultad de Ingeniería.
La Policía no identificó a las víctimas, sin embargo, en una conferencia de prensa posterior, Beck sostuvo que es posible que uno de los dos fallecidos haya sido el tirador.
No obstante, la policía universitaria, la de la ciudad y agentes del FBI, continuaron rastrillando el inmenso campus durante varias horas, en búsqueda de posibles atacantes y víctimas, y llegaron a declarar toda la ciudad de Los Angeles bajo alerta táctica.